Intervención «Silent science», de Carmen Viñas

La ciencia silenciada

Carmen Viñas en la Sala del Trull presenta la intervención «Silent science» que consta de una filmación de 12 minutos en bucle y luces fosforescentes.

Al video «Silent science», reflexiona sobre temas científicos desde un punto de vista filosófico, por no decir metafísico, sobre el ser, el existir, el conocer ... A partir de una mirada inquietante, menciona la fascinación que desde antiguo ha sentido el ser humano por el cosmos. El cosmos ha sido el espejo a través del cual las diferentes generaciones han proyectado sus fascinaciones, sus ansiedades ... y es motivo de múltiples reflexiones sobre los orígenes, el más allá ... el futuro.

Viñas, a partir de la letra de la canción Silencio, da cuerpo narrativo y visual en su film. Muestra dos habitantes de una nave de abastecimiento que desciende hacia la Tierra con rostro de extrañeza, hasta que aparecen los personajes, por separado. La figura adulta, Carmen Viñas, relata la historia que hay detrás de la filmación, unas intuiciones sobre la realidad científica que ha tenido desde la infancia. Para entenderlas, pero, ha necesitado contrastarlas con el conocimiento científico de un físico, Víctor, para después poder letras a las melodías musicales con la ayuda del músico, Rod Catling.

El trabajo de Carmen Viñas revela cierto optimismo por las aportaciones de la ciencia, concretamente la ciencia silenciada, aquellos saberes que han tenido una gran importancia para la sociedad del conocimiento pero a los que, una vez han sido integrados y / o estabilizados cultural y socialmente, ya no se les da más importancia. En este monólogo, Viñas para introducir a los espectadores en su interés por descubrir la verdad, idea de verdad que se va desmorronando y fragmentando en múltiples capas conceptuales y materiales de verdad.

Carmen Viñas, en el trabajo «Silent science», fusiona el arte con la vida, trabaja con la idea de ciencia con materiales de uso cotidiano, básicamente juguetes, para mostrar que el juego y el conocimiento no están tan separados. Es decir, están aparentemente alejados, pero con una mirada atenta rápidamente se puede observar su interrelación.

Una especie de nacimiento iniciático?

La niña, Violeta Jordana, adquiere nociones sobre el cosmos de una forma ostensiva a partir del uso de instrumentos, en este caso juguetes, que la introducen en el uso y, por tanto, en el aprendizaje de cómo mirar el cosmos. De este modo, a través del juego ostensivo, tal como dice Carmen Viñas, «el niño juega, observa», adquiere un conocimiento que le llevará a entender las reglas asociadas al estudio del cosmos. Carmen relata que «la niña hace correr la estrella, esperanza posible de la humanidad».

En la imagen final, cuando la niña observa, relaciona y ubica las constelaciones desde su iPad, aparecen mapas que marcan una realidad, identidades de la vida terrenal como animales y seres que han pasado en el mundo mitológico y que han servido a la humanidad para dar sentido a intuiciones. Conocimientos fundamentales para la cultura agrícola, como la posición de las estrellas para disponer las estaciones, los momentos de siembra, cuidado, cosecha ... para saber en cada momento como se tenían que llevar a cabo estas tareas, son conocimientos que deben transmitir, ya que no se heredan de manera biológica sino que sólo sobreviven cuando se comparten, ya sea a través de la transmisión intelectual o experiencial. Estas proyecciones formales le han servido para explicarse -aunque de manera parcial- la realidad.


Créditos:                                                                                                                                                      

  • Fecha y lugar: 8 de abril a la plana de la Serra de Rodes
  • Fotografía: Jaume Jordana/ Carme Viñas  / ARBAR
  • Texto: Carme Viñas
  • Video de la pieza: Jaume Jordana/ Carme Viñas
  • Video documento: Pep Roura
  • Para más información sobre la trayectoria de Carme Viñas Web Carme Viñas